► Gestión de diseño
Ser diseñador en
el contexto cambiante actual significa producir y dar valor económico a las
creaciones y a los modelos de negocio. La incorporación y la importancia
creciente del diseño en el mundo empresarial conlleva nuevas fórmulas
empresariales de cooperación, por ende, de co-creación.
Definir nuevos
modelos de gestión empresarial que incluyan el diseño como un proceso más de la
cadena de valor implica "diseñar" la relación de los diseñadores con
el cliente para poder abordar todas las partes críticas del negocio desde la
perspectiva de la innovación basada en un enfoque metodológico y tecnológico,
desde la definición, la conceptualización y desarrollo de un diseño hasta su
materialización, lanzamiento, comercialización y aseguramiento de la calidad, en
todas sus facetas.
Gestionar el diseño conlleva tener una visión
‘end-to-end’ del ciclo de vida asociado al proceso de diseño dentro del mapa de
procesos de la empresa, integrando entre otros elementos, la tecnología, la
internacionalización, la cultura digital y los intangibles dentro de estos
nuevos modelos.
Se entiende el diseño
como un proceso que abarca desde la planificación estratégica hasta la
disposición del producto en el mercado, y no como una actividad puntual.
Las especiales
características del diseñador industrial, situado entre el marketing y la
ingeniería de producto, entre el usuario y el productor, lo convierten en una
figura esencial para la optimización del proceso de desarrollo de productos.
En un mundo complejo tecnológicamente y con unas exigencias de mercado que difícilmente pueden hacerse explícitas de forma simple, se hace necesaria una organización muy flexible y muy creativa. La propia interdisciplina o más bien pluridisciplinar que representa el diseño puede muy bien servir para liderar grupos de trabajo creativos, capaces de resolver problemas complejos. Un famoso diseñador norteamericano, Charles Eames, cuando le preguntaban dónde estaban los límites del diseño industrial solía responder con otra pregunta: “¿Cuáles son los límites de su problema?” No hay límites definidos para los problemas que plantea el complejo mundo industrial de nuestros días y de la misma manera no ha de haber fronteras en las atribuciones y en las funciones de quien deba resolverlos.
En un mundo complejo tecnológicamente y con unas exigencias de mercado que difícilmente pueden hacerse explícitas de forma simple, se hace necesaria una organización muy flexible y muy creativa. La propia interdisciplina o más bien pluridisciplinar que representa el diseño puede muy bien servir para liderar grupos de trabajo creativos, capaces de resolver problemas complejos. Un famoso diseñador norteamericano, Charles Eames, cuando le preguntaban dónde estaban los límites del diseño industrial solía responder con otra pregunta: “¿Cuáles son los límites de su problema?” No hay límites definidos para los problemas que plantea el complejo mundo industrial de nuestros días y de la misma manera no ha de haber fronteras en las atribuciones y en las funciones de quien deba resolverlos.
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